Esperamos que las medidas y normativas de este cariz, sean obviamente, de carácter obligatorias, con plazos, auditoría, medición de resultados, es decir: cumplimiento efectivo y no sólo directivas incontroladas, sin adhesión real de los actores estatales y privados de los sistemas de Salud que fragmentadamente conviven en nuestro país.
Los buenos deseos e intenciones sin gestión de calidad, sólo, y está probado, conducen directamente al descreimiento y desmotivación.
Adoptemos el tema como las buenas noticias, demos la oportunidad con plazos y capacitación profesional y administrativa necesaria, fijación de los incentivos necesarios y que, inclusive, sea imitada por otras patologías y tratamientos.
Para ello es imprescindible terminar con las frases inmovilizantes y no casuales, de que: es imposible y que todo es difícil y costoso. Para demostrar ello, sólo basta remitirnos a los beneficios que irroga el cumplimiento de los protocolos de promoción, control y prevención, de adherencia a los tratamientos, a la evitación de complicación de cuadros y concluyendo en los gastos por internaciones, cirugías, tratamientos por rehabilitación y atención del discapacidad. Sólo resta agregar que, sin duda, hay que acompañar estas decisiones, progresivamente pero sin perder tiempo, con la certificación y recertificación profesional, así como con la acreditación y categorización de establecimientos, tanto estatales como privados.
Saludos,
Miguel Secchi
Presidente de El Foro de las Ciencias